La lana de cachemira es una fibra que se obtiene de la cabra de cachemira. Estos robustos animales habitan la región de Cachemira y la estepa asiática oriental.
La lana de cachemira es preciada por su textura suave, fina y delicada, así como por el hecho de que es tres veces más aislante que la lana de oveja. El subpelo lanoso de la cabra es lo que después se convierte en cachemira.
La cachemira se ha descrito como el "manto de los reyes" por su textura lujosa y aterciopelada.
El intrincado proceso de producción de la cachemira implica separar manualmente las fibras del pelaje del animal. Como te podrás imaginar, requiere mucho tiempo.
La producción de lana de cachemira se remonta a por lo menos el siglo XVII. El material obtiene su nombre de la región homónima de Cachemira, ubicada al norte de la India.
Además de al norte de la India, en China y Mongolia también se encuentran poblaciones considerables de cabras de cachemira. También se crían en Afganistán, Irán, Turquía y Kirguistán.
El comercio del siglo XVIII trajo consigo el icónico chal de cachemira al mundo occidental. Francia e Inglaterra pronto se convirtieron en clientes asiduos de este lujoso producto.
Josefina Bonaparte, emperatriz de Francia, fue una de las primeras en hacerse con él. ¡Se rumorea que llegó a tener cientos de chales de cachemira!
Las mujeres de la alta sociedad francesa no quisieron quedarse atrás y no tardaron en empezar a vestirse con chales de cachemira y muselina de la India. Como tal, este accesorio empezó a volverse cada vez más elaborado (y, por lo tanto, más caro).
La cachemira es cara porque para hacer tan solo un abrigo se requiere el pelaje de tres o cuatro cabras. Si a esto le sumas la lujosa calidad del tejido, lo que te queda es una de las prendas más caras del mercado.
En el siglo XX, la cachemira se volvió más accesible al público general. Además, el material también empezó a utilizarse para confeccionar prendas masculinas. En la imagen se aprecia un traje de boda de cachemira de 1922.
Pero donde se volvió realmente popular fue en la producción de jerséis y cárdigan.
La fibra de cachemira es hueca, de ahí que sea tan suave y ligera. Los jerséis casi funcionan como una prenda interior, ya que gozan de una textura fina y delicada al tacto.
Las diminutas cámaras de aire del interior de la fibra también actúan como aislante térmico para conferir al material la excepcional capacidad de regular la temperatura corporal en función de la exterior.
Esto hace que la cachemira sea apta para todas las estaciones del año. Es suave y caliente, pero a la vez ligera y resistente. Las fibras huecas hacen que la persona no pierda calor y se mantenga seca.
Además de para producir jerséis, la cachemira pura puede teñirse, hilarse y tejerse para confeccionar todo tipo de accesorios.
Los gorros de cachemira son supercómodos y calentitos de llevar. ¡Y lo mejor es que todos se adaptan a la forma de la cabeza como si estuviesen hechos a medida!
También se puede usar cachemira pura para confeccionar bufandas, guantes y calcetines.
La moda de la cachemira se extiende a las prendas a medida. Esta fibra se puede tejer en una gran variedad de estilos y tiene una cierta elasticidad natural, por lo que no pierde su forma.
Los trajes de cachemira y algodón son una buena opción para ir formal a la oficina o para vestir más ligero durante el verano.
Los abrigos de cachemira son una de las prendas más codiciadas. La relativa resistencia al desgaste del tejido hacen que sean una buena inversión.
Los abrigos de cachemira también son una gran forma de resguardarse del frío en invierno, ya que el tejido ayuda a retener el calor sin hacer que la prenda pese o abulte más. También repele el agua, pero si no se seca como es debido, podría estirarse y oler mal.
La cachemira es un tejido delicado por naturaleza y, por lo tanto, debe tratarse con cuidado.
Las prendas de cachemira siempre deben lavarse a mano en agua limpia con jabón líquido o champú y acondicionador dos en uno de primera calidad a 30°C.
A los jerséis de cachemira conviene darles la vuelta cuando se laven, así como dejarlos a remojo durante 5 minutos antes de escurrirlos y aclararlos con delicadeza.
Si tienes prendas de cachemira, no las frotes ni las seques en la secadora. Simplemente déjalas estiradas sobre una superficie plana lejos de las fuentes de calor y la luz solar directa.
La cachemira no tolera bien los aditivos químicos como los perfumes y los tintes. El uso excesivo de suavizante también es perjudicial para las fibras naturales del tejido.
No hagas caso a la etiqueta (al menos de vez en cuando). Con el tiempo, limpiar la cachemira en seco puede acabar dañando y descomponiendo las delicadas fibras del tejido.
Comprar prendas de cachemira es una inversión. Si se cuidan como es debido, pueden ayudarte a realzar la figura y a cuidar la imagen durante muchos años.
Fuentes: (ScienceDirect) (Pura Cashmere) (The New York Times)
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Cachemira: ¿está de moda o es historia?
¡Vale la pena invertir en él!
MODA Ropa
A la cachemira se la conoce como el "manto de los reyes" por su textura suave, delicada y lujosa. De hecho, se la considera uno de los tejidos más preciados que existen, ¡de ahí que sea tan cara! Aun así, invertir en un jersey o un abrigo de esta fibra natural realzará tu figura y le dará un toque de lo más chic a tu armario. Si quieres saber de dónde proviene la cachemira y qué se puede hacer con ella, ¡sigue leyendo!