Frías es una encantadora villa medieval escondida en la provincia de Burgos (Castilla y León). Por si no lo sabías, se la considera la ciudad más pequeña de España.
Situada en una colina sobre el río Ebro, Frías acoge a una población de poco más de 250 personas y se asemeja más a una aldea que a una vibrante metrópoli. Entonces, ¿por qué se la considera una ciudad? ¡Sigue leyendo para conocer su interesante historia!
A principios del siglo XIII, Navarra pasó a formar parte de Castilla bajo el reinado de Alfonso VIII. El monarca le hizo varias concesiones a Frías, otorgando a sus habitantes el derecho de sucesión y los aperos agrícolas necesarios para labrar la tierra. Como resultado, la economía del lugar se volvió muy boyante.
En 1435, Frías, convertida en un rico núcleo comercial, recibió el título de ciudad por parte de Juan II de Castilla y aún lo ostenta en la actualidad.
Visitar Frías es adentrarse de nuevo en la Edad Media. Su atracción turística más importante es, sin duda, el castillo.
El castillo, con una vista privilegiada al valle de Tobalina, se completó hacia finales del siglo XII y fue la residencia de los duques de Frías. Se trata de uno de los castillos de piedra más impresionantes de España.
La torre del homenaje se puede visitar y ofrece una increíble vista panorámica tanto de la ciudad como del paisaje que se extiende a sus pies.
Sin embargo, la torre no ha sobrevivido bien al paso del tiempo: se derrumbó parcialmente hasta en tres ocasiones, la más reciente en 1830, provocando la muerte de unas 30 personas.
En el casco antiguo se encuentran las famosas casas colgadas, una postal típica de Frías.
Algunas de estas peculiares viviendas alcanzan los cinco pisos de altura y se alzan imponentes sobre el lecho de roca. Asimismo, sus paredes de madera y piedra caliza les confieren un aspecto antiguo que acentúa aún más el encanto medieval de Frías.
Otro importante monumento de Frías es el puente medieval que cruza el Ebro. Se construyó en el siglo XIII y consta de nueve arcos.
En el siglo XIV se le añadió una torre defensiva con almenas y aspilleras. Sin embargo, funcionaba principalmente como puente de peaje.
La iglesia de San Vicente, construida en el siglo XIII, es un claro ejemplo de arquitectura gótica, además de otro emblemático monumento de Frías.
Tras admirarla por fuera y sacar varias fotos de su espectacular campanario, adéntrate en su interior para maravillarte con su retablo renacentista.
El casco antiguo de Frías es un laberinto de calles empedradas y callejones estrechos. Aquí se encontraba el barrio judío, concretamente en las calles Convenio y Virgen de la Candonga.
Frías cuenta con varios restaurantes de ambiente rústico y tradicional en los que saciar el apetito y disfrutar de una auténtica comida castellana.
Un producto típico de la región es el morcón, un primo del chorizo de mayor tamaño y con un proceso de curación más largo. Es una deliciosa mezcla de carne de cerdo, pimentón, ajo y sal que marida a la perfección con un buen vino tinto.
Otro producto tradicional es el queso de oveja. Elaborado a la antigua usanza, este delicioso producto tiene un sabor acentuado y ligeramente picante.
La miel de Las Merindades lleva siglos produciéndose. Se obtiene de las abejas que polinizan las flores silvestres de los campos colindantes y su sabor es tan dulce como único. Por lo tanto, no es de extrañar que se utilice en todo tipo de elaboraciones gastronómicas.
Merece la pena pasar unos días en Frías para empaparse de su historia como es debido, pero esta ciudad también sirve como punto de partida desde el que explorar los alrededores.
Tobera es conocido como el pueblo de las mil cascadas, fama que debe al generoso caudal del río Molinar.
¡Pero esta famosa cascada no es lo único que puedes visitar en Tobera! Aquí también se encuentra la ermita de Santa María de la Hoz, a la cual se llega cruzando un encantador puente medieval.
Los más aventureros pueden explorar los Cañones del Ebro o los montes Obarenes, dos destinos de lo más atractivos para los excursionistas y escaladores curtidos.
¿Sabías que también puedes alquilar una bici y recorrer los campos de Burgos pedaleando? Una forma idílica de conocer la región más allá de Frías.
Si tienes tiempo, harías bien en dejarte caer por Oña, a tan solo media hora de distancia en auto. Ahí podrás visitar el imponente monasterio benedictino de San Salvador de Oña, construido en el siglo XI.
Cerca de Oña también se encuentra el Sendero de la Cerrada del Río Castril, uno de los recorridos más famosos del norte de España. Si te gusta caminar, ¡no pierdas la oportunidad!
También te recomendamos que visites Poza de la Sal. Conocido por sus salinas, este pintoresco pueblo goza de una gran reputación por su gastronomía (en la foto se lo ve desde su castillo medieval).
De hecho, Frías, Oña y Poza de la Sal pertenecen a lo que se conoce como las Raíces de Castilla, ya que estos tres destinos se publicitan como uno solo para poner de relieve el rico legado medieval de la región.
Fuentes: (Spain.info) (Fascinating Spain) (Raíces de Castilla) (City Population)
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En el siglo X, Frías pasó a formar parte del reino de Navarra, en la provincia de Burgos. Por aquel entonces, el monarca era Sancho Garcés III de Pamplona, también conocido como el Mayor o el Grande.
Frías: Conoce la ciudad más pequeña de España
¿Has oído hablar de este rincón medieval de Burgos?
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Cuando pensamos en España, se nos vienen a la mente ciudades como Madrid, Barcelona, Valencia o San Sebastián, es decir, grandes urbes con miles de habitantes. Sin embargo, existe un recóndito lugar de origen medieval en los campos de Castilla que acoge a poco más de 250 personas: Frías, la ciudad más pequeña de España. ¿Pero qué tiene de especial su casco antiguo y por qué fue tan importante en su día? ¡Haz clic para descubrirlo!