Aunque existen muchas versiones de esta figura, una de sus características principales es que se alimenta de sangre humana.
Los vampiros suelen cazar por las noches, ya que, según ciertos relatos, la luz del Sol es letal para ellos. También se suele decir que no arrojan sombra y que no se reflejan en los espejos.
A lo largo de los siglos, el mito del vampiro ha ido evolucionando hasta convertirse en un pilar de la cultura gótica moderna y en un símbolo de la escalofriante fascinación por el Halloween y el cine de terror. El miedo y el misterio que esta criatura infunde se entrelazan con la estética y las icónicas historias que protagoniza.
Aunque los vampiros puedan parecer criaturas antiguas, sus orígenes son más recientes que los de las brujas y los hombres lobo. Aunque sus características son muy anteriores al cuento de Drácula, los mitos sobre ellos están profundamente arraigados en todas las culturas.
Las primeras menciones de vampiros se remontan al folclore eslavo, sobre todo al de Bulgaria, donde estas criaturas se veían como monstruos fantasmagóricos que sembraban el miedo y la enfermedad en los pueblos.
Se cree que la palabra "vampiro" deriva de un término eslavo que significa "demonio" o "monstruo fantasmagórico", lo que pone de relieve su naturaleza maligna.
Los soldados germanos del Sacro Imperio Romano fueron los que llevaron el mito vampírico a Occidente, incorporándolo al imaginario popular a medida que avanzaban sobre Hungría y otras regiones eslavas.
A medida que el mito del vampiro llegaba a ciudades como Viena, Berlín, París y Londres, esta criatura pasó de ser un fantasma intangible a un muerto viviente con colmillos y sed de sangre humana.
La creencia de que la sangre humana tenía valor medicinal también pudo haber influido en el mito del vampiro. Las sangrías eran una práctica habitual tanto en el continente europeo como en el americano, ya que se pensaba que ayudaban a curar enfermedades. Esto, sin duda, le confería un aspecto aún más oscuro a esta criatura.
Carmilla (1872), de Joseph Sheridan Le Fanu, introdujo la idea de la vampiresa, creando un personaje icónico que acecha a las mujeres desprevenidas en una mezcla de terror y romanticismo gótico.
"Dracula" (1897), de Bram Stoker, convirtió el vampiro en lo que conocemos hoy en día: un hombre terriblemente pálido con un porte regio, afilados colmillos y el poder de transmitir su aflicción. Incluso le dio uñas largas y orejas puntiagudas para hacerlo más sofisticado.
La novela de Stoker estableció el estándar para las historias sobre vampiros venideras. Parte de su inspiración le vino del folclore eslavo y, posiblemente, de Vlad el Empalador.
Vlad el Empalador, o Vlad III, fue el gobernador de Valaquia (actual Rumanía) en el siglo XV. Se lo recuerda por las brutales tácticas a las que recurrió para proteger su reino (el empalamiento entre ellas), lo que hizo que se labrase una fama terrible.
Cuenta la leyenda que a Vlad el Empalador le gustaba cenar rodeado de sus víctimas moribundas, llegando a mojar pan en su sangre. Sin embargo, se desconoce si esto ocurrió de verdad.
En la década de 1980, varios intelectuales sugirieron que la porfiria, un raro trastorno de la sangre que provoca palidez y fotosensibilidad, pudo haber contribuido al mito del vampiro.
Las personas que la sufren presentan síntomas parecidos a los de los vampiros, tales como la palidez, la aversión a la luz solar y dientes puntiagudos. En la Edad Media, esto habría servido para alimentar la creencia en la existencia de los vampiros.
Quienes padecen porfiria también suelen tener sensibilidad al ajo debido a su fuerte sabor. Este detalle también coincide con el mito vampírico, ya que se suele decir que esta criatura tiene miedo del ajo.
La paranoia hizo que muchos enfermos de porfiria fuesen juzgados por la Iglesia y quemados en la hoguera durante la Edad Media. La Inquisición española podría explicar el temor de los vampiros a los símbolos religiosos.
La rabia hace que las personas se vuelvan agresivas y echen espuma por la boca, lo que probablemente también contribuyó al mito vampírico. Esta enfermedad se transmite por mordiscos, lo que también encaja con la forma que los vampiros tienen de atacar a sus víctimas.
La tuberculosis, una enfermedad caracterizada por consumir a quienes la padecen, también pudo haber inspirado el mito del vampiro al crear la ilusión de que este "drenaba" a sus víctimas.
El segundo vampiro más famoso de la historia después del conde Drácula es Mercy Brown. Brown fue una persona real que vivió en Rhode Island, Estados Unidos. Ella y toda su familia fallecieron de tuberculosis a finales del siglo XIX y su padre usó a Mercy como chivo expiatorio para explicar sus muertes.
Exhumaron el cuerpo de Mercy Brown, le sacaron el corazón y lo quemaron. Después alimentaron a su hermano enfermo con sus cenizas. Para sorpresa de nadie, este murió poco después.
Antiguamente, muchas enfermedades carecían de explicación, por lo que los vampiros simbolizaban el miedo a las dolencias misteriosas que afectaban a las comunidades indefensas.
La eternidad de los vampiros también podría deberse a la alta tasa de mortalidad de la época, cuando las enfermedades estaban a la orden del día y las personas encontraban consuelo en la idea de una vida eterna libre de sufrimiento.
A medida que la ciencia iba disipando el miedo a los vampiros y la tecnología se volvía abundante, estos muertos vivientes pasaron a considerarse personajes de ficción fascinantes e incluso románticos en el mundo del cine y la literatura.
Una de las primeras películas con un vampiro como protagonista fue "Nosferatu" (1922), la cual solidificó las características terroríficas de esta criatura en la cultura popular actual.
Twilight, el superventas de Stephenie Meyer publicado entre 2005 y 2008, es un claro ejemplo de la idealización de los vampiros. El libro tuvo tal éxito que no tardó en adaptarse a la gran pantalla.
La película neozelandesa "What We Do in the Shadows" (2014) y su correspondiente serie norteamericana han llevado la figura del vampiro al territorio de la comedia.
Los vampiros siguen muy engranados en el imaginario popular actual, personificando una mezcla de terror y atracción que nos ayuda a lidiar con nuestro propio deseo y mortalidad, así como con la inquietante belleza de lo sobrenatural.
Fuentes: (The Collector) (History.com) (Encyclopedia Britannica)
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El vampiro (1819) de John Polidori redefinió el arquetipo de esta criatura y la convirtió en un caballero cortés y encantador. Esto marcó el inicio de la evolución del vampiro en una figura oscura pero atrayente.
El vampiro ha pasado de estar entre las sombras del folclore a coronar la cima de la cultura popular, embelesando al mundo entero. Esta figura envuelta en peligro y misterio personifica el delicado equilibrio entre la vida y la muerte, el horror y la seducción. Sus mitos y leyendas han viajado desde los pueblos eslavos, donde los temerosos susurros hablaban de fantasmas sedientos de sangre, hasta la Europa victoriana, donde los demonios aristocráticos se aprovechaban de los desprevenidos. Esta figura inmortal ha dejado de ser una amenaza espectral para convertirse en una criatura compleja que refleja los miedos y deseos más profundos de la naturaleza humana (así como en un disfraz clásico de Halloween). ¿Pero de dónde viene el mito del vampiro exactamente? Si quieres saberlo, ¡haz clic para seguir leyendo!
El mito del vampiro: su evolución desde la Antigüedad hasta hoy
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ESTILO DE VIDA Vampiro
El vampiro ha pasado de estar entre las sombras del folclore a coronar la cima de la cultura popular, embelesando al mundo entero. Esta figura envuelta en peligro y misterio personifica el delicado equilibrio entre la vida y la muerte, el horror y la seducción. Sus mitos y leyendas han viajado desde los pueblos eslavos, donde los temerosos susurros hablaban de fantasmas sedientos de sangre, hasta la Europa victoriana, donde los demonios aristocráticos se aprovechaban de los desprevenidos. Esta figura inmortal ha dejado de ser una amenaza espectral para convertirse en una criatura compleja que refleja los miedos y deseos más profundos de la naturaleza humana (así como en un disfraz clásico de Halloween). ¿Pero de dónde viene el mito del vampiro exactamente? Si quieres saberlo, ¡haz clic para seguir leyendo!