Volar con un bebé puede ser una experiencia sobrecogedora, pero con la preparación adecuada, puede ir sobre ruedas e incluso ser placentera. En esta galería te ofrecemos 30 consejos para ayudarte a organizarte y garantizar que tanto tú como tu pequeño tengáis un vuelo tranquilo. Desde hacer la reserva adecuada hasta mantener al bebé entretenido durante el viaje, con un poco de planificación te sentirás más seguro a la hora de afrontar esta aventura. ¡Haz clic para seguir leyendo!
Siempre que te sea posible, compra vuelos directos para evitar las escalas. Moverse de un avión a otro puede suponer un estrés innecesario, sobre todo cuando se cambia de huso horario o cuando hay que pasar controles de seguridad extra. La clave está en hacer que tu bebé esté lo más cómodo posible en todo momento.
Si un vuelo directo no es viable, asegúrate de tener tiempo suficiente entre una conexión y otra para cubrir las necesidades de tu hijo.
Los vuelos nocturnos pueden ser útiles, ya que tu bebé probablemente dormirá durante gran parte del viaje. Asimismo, volar a la misma hora a la que se suele acostar puede facilitar las cosas.
Escoge bien los asientos y apuesta por unos con espacio extra para que tanto tú como tu bebé estéis más cómodos. Reserva uno con una pared delante y, a poder ser, que dé al pasillo para poder acceder más fácilmente al baño. Si, por el contrario, prefieres más intimidad para darle el pecho o el biberón, los asientos de ventanilla ofrecen más privacidad.
Para los vuelos largos, la mayoría de aerolíneas ofrecen moiseses que se enganchan a la pared que hay frente a los asientos. Por lo general son de uso gratuito, pero su disponibilidad puede estar limitada. Lo mejor es llamar a la aerolínea con antelación para reservar uno.
Lleva solo lo esencial, ya que ir más cargado de la cuenta puede dificultar la experiencia. Aprovecha los compartimentos del equipaje de mano para organizar bien todo lo que sea del bebé.
No te olvides de llevar productos de uso habitual como pañales, toallitas, botellas y chupetes y de meterlos en compartimentos fácilmente accesibles.
Cada aerolínea tiene sus propias reglas en lo relativo a los carricoches y asientos para bebés. Algunas permiten facturar estas cosas de forma gratuita en el mostrador o en la propia puerta de embarque.
Si tu bebé toma medicación, asegúrate de comprarla antes de viajar, ya que podrías no encontrarla en el lugar de destino.
Algunas aerolíneas requieren el pasaporte o el certificado de nacimiento de los niños. Si el viaje es internacional, tu hijo necesita tener el pasaporte en regla. Asimismo, algunos países pueden solicitar documentación adicional como visas o formularios notariales de consentimiento paterno.
Lleva un pañal por hora de viaje, incluido el tiempo de espera en el aeropuerto. Asimismo, mete al menos dos mudas en la maleta tanto para tu hijo como para ti por si ambos os mancháis. Por último, asegúrate de llevar bolsas de plástico pequeñas para la ropa sucia.
Una manta puede tener varios usos, tales como mantener a tu bebé caliente, protegerlo de la luz del sol, darte más intimidad cuando le des el pecho o simplemente ayudarle a quedarse dormido.
Si tu bebé come alimentos sólidos, lleva tentempiés aptos para toda la familia como galletitas o fruta cortada. Los aperitivos nuevos también pueden ser una buena distracción.
Llevar algunos juguetes pequeños y silenciosos como mordedores, peluches o libros de tela puede ayudar a mantener a tu hijo entretenido. Cámbiaselos cada media hora para que no pierda el interés.
Un porteador te permitirá tener a tu hijo cerca y los brazos libres para moverte por el aeropuerto, embarcar o calmarlo durante el vuelo.
Los aviones pueden ser un criadero de gérmenes, por lo que conviene que pases una toallita por la bandeja, los reposabrazos y los cinturones de seguridad antes de acomodar a tu bebé.
Los bebés son sensibles a los cambios de presión que se producen durante el despegue y el aterrizaje. Para aliviar el malestar, dale un chupete, el biberón o el pecho.
Hoy en día puedes hacer el check in por internet o por tu propia cuenta en el aeropuerto. Dado que viajas con un niño, plantéate hacer el check in con antelación e incluso antes de ir al propio aeropuerto.
Ve con tiempo para hacer el check in, pasar el control y localizar tu zona de embarque, ya que viajar con niños suele ralentizar los procesos.
Muchos aeropuertos te dejan portear a tu bebé mientras pasas el control de seguridad, aunque pueda que tengan que hacerte controles adicionales. De esta forma podrás tener los brazos libres y a tu hijo cerca.
La mayoría de aerolíneas permiten facturar de forma gratuita sillitas o carricoches en la puerta de embarque para poder utilizarlos hasta el último momento. Opta por un modelo compacto y fácil de trasladar.
Deja que tu bebé gatee o camine por la zona de la puerta de embarque para quemar energía antes de subir al avión. Algunos aeropuertos incluso tienen zonas designadas para ello.
Aprovecha las ventajas familiares. Los funcionarios suelen dejar a las familias con niños pequeños embarcar antes, lo que ayuda a evitar los atascos en el pasillo del avión y a asentarse con más facilidad.
Si tu bebé es sensible a los ruidos, unos auriculares de protección auditiva pueden ayudarle a estar más cómodo y relajado y a conciliar mejor el sueño.
No dudes en pedirle ayuda a la tripulación de cabina. Desde calentarte el biberón hasta darte más servilletas, los azafatos podrán echarte un cable y hacerte el viaje más ameno.
Los baños de los aviones son pequeños pero suelen estar equipados con cambiadores. Úsalos cuando sea necesario y cámbiale el pañal a tu hijo antes de subir al avión para haceros el vuelo más fácil a los dos.
Caminar por el pasillo del avión con tu bebé te ayudará a calmarlo y te permitirá estirar las piernas.
La temperatura en los aviones puede ser impredecible, por lo que vestir a tu bebé con varias capas de ropa te permitirá quitárselas o ponérselas conforme a si hace frío o calor. Opta por tejidos suaves y transpirables como el algodón y por ropa que sea fácil de quitar y poner.
Los bebés también pueden ser impredecibles, ya que nunca sabes si van a llorar o a estar tranquilos. Si se revuelve, no pierdas los papeles y recuerda que muchos pasajeros han pasado por lo mismo que tú. Céntrate en tu hijo y no te preocupes por lo que los demás piensen.
La flexibilidad es esencial cuando se viaja con bebés. Puede que necesites ajustar tus planes para que se eche una siesta inesperada, para darle de comer o para hacer un descanso. Estar abierto a todas las posibilidades te permitirá estar más tranquilo y disfrutar más del viaje.
Fuentes: (CN Traveller) (Pampers) (The Bump)
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Consejos esenciales para un vuelo tranquilo con tu bebé
Os ayudarán a que todo vaya sobre ruedas
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Volar con un bebé puede ser una experiencia sobrecogedora, pero con la preparación adecuada, puede ir sobre ruedas e incluso ser placentera. En esta galería te ofrecemos 30 consejos para ayudarte a organizarte y garantizar que tanto tú como tu pequeño tengáis un vuelo tranquilo. Desde hacer la reserva adecuada hasta mantener al bebé entretenido durante el viaje, con un poco de planificación te sentirás más seguro a la hora de afrontar esta aventura. ¡Haz clic para seguir leyendo!