Los signos de mala circulación suelen aparecer en los brazos y en las piernas. Estos son algunos: punzadas, escozor, adormecimiento, hormigueo, calambres, dolor, hinchazón.
Además, puedes tener las manos o los pies fríos. Si eres de piel clara, tus piernas podrían lucir azuladas. También podrías tener la piel seca, el cabello debilitado y las uñas quebradizas.
La presión sanguínea alta puede causar arteriosclerosis, una enfermedad que endurece las arterias y limita el flujo sanguíneo.
Casi la mitad de la sangre es agua, así que necesitas hidratarte para que circule bien. Intenta beber ocho vasos por día.
Encontramos grasas saturadas sobre todo en la carne roja, en el pollo, el queso y otros alimentos de origen animal.
Muchos estudios han demostrado que estar sentados durante largos períodos de tiempo daña nuestra circulación y nuestros músculos, e incluso disminuye nuestra esperanza de vida. Plantéate hacerte con un escritorio para trabajar de pie o haz descansos frecuentes para levantarte.
Esta posición tan común corta la circulación en las piernas, dificultando el paso de la sangre hacia el tejido de las extremidades. Acostúmbrate a sentarte con las piernas descruzadas o levemente elevadas.
Así mantendrás una buena circulación y tus arterias estarán limpias.
Con el estrés, los vasos sanguíneos se estrechan, así que es vital aprender a gestionar el estrés para mejorar la circulación.
El yoga es una alternativa al cardio de bajo impacto porque las torsiones y los estiramientos ayudan a llevar oxígeno a las células y a enviar sangre a los órganos.
La postura del perro boca abajo es un gran ejercicio porque ponemos las caderas y el corazón por encima de la cabeza, permitiendo que la gravedad aumente el flujo sanguíneo que va a la cabeza.
Cuando se te hinchen los tobillos o los pies, prueba a hacer alguna postura de yoga que consista en elevar las piernas o ponerlas contra la pared, como la viparita karani.
Las sentadillas son una forma fantástica de hacer que la sangre llegue a los principales músculos de tu cuerpo.
Los masajes no solo son buenos para gestionar el estrés, sino que también ayudan a la circulación. Cuando los músculos se trabajan de la forma apropiada, liberan ácido láctico y mejora la circulación de líquido linfático, que ayuda a aliviar tensiones y molestias musculares.
Las medias de compresión aprietan las piernas para que la sangre no se quede en esas zonas demasiado tiempo. Pregúntale a tu médico si es una buena opción para ti y cuál es la presión más adecuada.
El mismo concepto se aplica aquí. Es una solución temporal, pero un buen baño es una forma fantástica de ayudar a tu circulación.
Los ácidos grasos Omega-3 de pescados como el salmón, el atún o las sardinas promueven la salud cardiovascular y mejoran la circulación. Los vegetarianos y veganos pueden tomar suplementos.
Se encuentra en alimentos como la remolacha, el ajo, la granada y las espinacas, y ayuda a agrandar los vasos sanguíneos y a crear más espacio para que la sangre circule.
Hazte con un cepillo corporal con cerdas duras y cepíllate la piel en seco, desde la cabeza hasta los dedos de los pies, con movimientos largos en los brazos y las piernas. Intenta adquirir el hábito de hacerlo antes de ducharte.
Un médico puede ayudarte a dar con la raíz del problema y sugerir algún tratamiento personalizado.
La nicotina daña las paredes de las arterias y engruesa tanto la sangre que circula con dificultad y podría coagularse.
Desde el inicio de nuestras vidas hasta el final, nuestra sangre viaja sin pausa unos 100.000 km a través de los vasos sanguíneos transportando nutrientes y oxígeno a todas las esquinas de nuestro cuerpo, desde el corazón hasta el cerebro pasando por los músculos y la piel. Liderados por nuestro corazón, estos caminitos forman el sistema circulatorio, del cual depende en gran parte nuestro bienestar. Cuando tenemos mala circulación, el flujo sanguíneo se ralentiza o se bloquea y las células no reciben lo que necesitan. Al principio, experimentaremos síntomas leves, que pueden intensificarse hasta alcanzar niveles muy peligrosos.
La mayoría de la gente practica hábitos que provocan mala circulación, pero afortunadamente es bastante fácil adquirir hábitos que incrementarán nuestro flujo sanguíneo y nos ayudarán a experimentar una vida más feliz y más sana. Haz clic en la galería para ver qué puedes empezar a hacer ya.
Cómo mejorar la circulación: consejos prácticos y efectivos
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SALUD Sangre
Desde el inicio de nuestras vidas hasta el final, nuestra sangre viaja sin pausa unos 100.000 km a través de los vasos sanguíneos transportando nutrientes y oxígeno a todas las esquinas de nuestro cuerpo, desde el corazón hasta el cerebro pasando por los músculos y la piel. Liderados por nuestro corazón, estos caminitos forman el sistema circulatorio, del cual depende en gran parte nuestro bienestar. Cuando tenemos mala circulación, el flujo sanguíneo se ralentiza o se bloquea y las células no reciben lo que necesitan. Al principio, experimentaremos síntomas leves, que pueden intensificarse hasta alcanzar niveles muy peligrosos.
La mayoría de la gente practica hábitos que provocan mala circulación, pero afortunadamente es bastante fácil adquirir hábitos que incrementarán nuestro flujo sanguíneo y nos ayudarán a experimentar una vida más feliz y más sana. Haz clic en la galería para ver qué puedes empezar a hacer ya.