© Shutterstock

El besuqueo -

Dar un beso (o más) a alguien en la mejilla en lugar de un abrazo o un apretón de manos siempre sorprende los turistas estadounidenses.

© Shutterstock

Guardar los huevos a temperatura ambiente -

Para evitar la salmonela, en Estados Unidos los huevos se someten a un proceso de esterilización donde se lavan y rocían con desinfectante. Esto puede eliminar la cutícula de los huevos, por lo que se guardan siempre en la nevera para limitar el número de bacterias que puedan entrar en contacto con ellos. En Europa, las granjas vacunan a las gallinas contra la salmonela en lugar de lavar los huevos, lo que significa que la cutícula está intacta.

© Shutterstock

Dejar los niños a la intemperie (en Dinamarca) -

En Dinamarca es costumbre que los padres dejen a sus hijos en la calle dentro de los cochecitos si van a comprar o a comer fuera. Es algo cultural, por lo que nadie teme que les puedan robar los bebés.

© Shutterstock

Lo viejo que es todo -

Los estadounidenses piensan que un edificio de los 80 ya es viejo, por lo que la arquitectura y los monumentos europeos, construidos muchísimo antes de que EE. UU. fuese tan siquiera una idea, siempre los deja boquiabiertos.

© Shutterstock

El nudismo -

Muchas mujeres no tienen miedo a hacer toples en las playas y piscinas europeas, pero esta práctica es ilegal en muchas partes de Estados Unidos, donde se considera que la desnudez es algo malo o embarazoso.

© Shutterstock

Tener la lavadora en la cocina -

Aunque esto varía en función del país, en muchos lugares de Europa es habitual tener la lavadora en la cocina. Esto se debe a que antiguamente, cuando los sistemas de fontanería no eran tan sofisticados, tenía más sentido juntar todos los electrodomésticos que necesitaban toma de agua en un mismo sitio. Sin embargo, esto no es nada habitual en los Estados Unidos. 

© Shutterstock

La falta de aire acondicionado -

Ya sea en las casas o en los establecimientos, a los estadounidenses siempre les sorprende la falta de sistemas de climatización en Europa, donde lo más habitual es tener unidades separadas para cada estación.

© Shutterstock

Beber agua sin hielo -

En Europa puedes pedir agua fría o del tiempo, pero no suelen servirla con los cubitos de hielo a los que los estadounidenses están acostumbrados.

© Shutterstock

Ventanas sin rejilla -

Los estadounidenses siempre se sorprenden de ver ventanas sin rejillas. ¿Cómo evitan los europeos que entren los bichos, si no?

© Shutterstock

Pagar para usar el baño -

En algunos países europeos es necesario pagar para poder usar el baño en espacios públicos como las estaciones de tren o los centros comerciales, algo que los estadounidenses detestan.

© Shutterstock

Las colillas -

En general, los europeos fuman más que los estadounidenses. Algunos lugares incluso permiten fumar todavía en interiores. Por lo tanto, no es de extrañar que los suelos de ciertos países como Francia estén plagados de colillas.

© Shutterstock

La gran variedad de inodoros -

En los Estados Unidos, los retretes tienen un funcionamiento de lo más simple y homogéneo: te sientas y aprietas el botón que hay detrás para tirar de la cadena. En Europa, sin embargo, hay muchos tipos de inodoros. En unos tienes que tirar de la cuerda que cuelga del tanque, en otros tienes que pisar un pedal a ras de suelo... ¡Nunca sabes qué te vas a encontrar!

© Shutterstock

Ir paseando a todas partes -

En Europa es fácil llegar a pie a ciertos establecimientos, como los supermercados. Sin embargo, los estadounidenses están acostumbrados a ir en coche a todas partes. El hecho de que haya tantas zonas peatonales es algo que nunca deja de sorprender a los turistas del continente americano.

© Shutterstock

La edad legal para beber -

En la mayoría de países europeos, la edad legal mínima para beber suele estar entre los 16 y los 18. En Estados Unidos, los jóvenes solo pueden empezar a consumir alcohol legalmente a partir de los 21.

© Shutterstock

Beber en espacios públicos -

Muchos países de Europa son bastante laxos en lo que a beber en la calle se refiere. Sin embargo, esto no suele estar permitido en Estados Unidos. ¡En algunas ciudades europeas incluso puedes pedir cerveza en el cine o el McDonald's!

© Shutterstock

La cerveza puede ser más barata que el agua -

Por increíble que parezca, en algunas ciudades europeas como Praga la cerveza puede llegar a ser mucho más asequible que el agua.

© Shutterstock

Cenar tarde -

En algunos países europeos, como España y Portugal, la gente tiende a cenar mucho más tarde, a veces de las 21:00 en adelante.

© Shutterstock

Alargar la cena -

En los Estados Unidos, lo habitual es que las cenas duren lo mínimo necesario. Cuando te quieres dar cuenta, el camarero ya te está trayendo la cuenta. Sin embargo, en Europa las cenas son una ocasión perfecta para socializar, por lo que suelen durar mucho más.

© Shutterstock

Que los establecimientos cierren los domingos y/o los lunes -

En Europa no todo se reduce al dinero, sino que el descanso también se valora. Por ese motivo, muchas tiendas y restaurantes cierran los domingos y/o los lunes.

© Shutterstock

Las normas de tráfico -

En algunos países europeos, como Italia o Rumanía, las normas de tráfico pueden cambiar mucho en comparación con las de Estados Unidos. Desde el espacio que se suele dejar entre los coches hasta el número de veces que se pita, pasando por interpretar un semáforo en rojo como una mera sugerencia. ¡Conducir en Europa puede ser una experiencia de lo más estresante para un estadounidense!

© Shutterstock

Que la gente hable más de un idioma -

La mayoría de personas en Europa suelen ser, como mínimo, bilingües; además, escuchar varias lenguas extranjeras por la calle está a la orden del día. Esto hace que los estadounidenses tengan mala reputación a ojos de los europeos, ya que por lo general solo saben hablar inglés.

© Shutterstock

Que el precio de los productos sea exactamente ese -

En Estados Unidos, la gente solo consigue ver el precio final de los productos en la caja registradora. En Europa, sin embargo, estos ya vienen con los impuestos aplicados.

© Shutterstock

El momento de la siesta -

Muchos restaurantes, tiendas y cafeterías de Europa cierran unas pocas horas después del mediodía para luego reabrir al comienzo de la tarde.

© Shutterstock

La falta de establecimientos abiertos las 24 horas -

En Europa cuesta mucho más encontrar establecimientos que abran ininterrumpidamente.

© Shutterstock

El transporte público -

Los estadounidenses a menudo se sorprenden de lo bien conectado que está el transporte público en Europa y de lo fácil que es ir de una ciudad a otra en tren.

© Shutterstock

Pagar en metálico -

En Estados Unidos ya casi nadie paga en metálico, pero los europeos aún suelen llevar algo de dinero suelto en el bolso porque no todos los establecimientos permiten pagar con tarjeta.

© Shutterstock

La pasión exacerbada por el fútbol -

En algunos países europeos, como Italia y Portugal, la gente se toma el fútbol muy, muy en serio. Si alguien te pregunta con qué equipo vas, ¡lo mejor será que reces por dar la respuesta correcta!

© Shutterstock

La gente tiende a salir arreglada -

Salir a la calle con ropa deportiva es algo de lo más habitual en Estados Unidos. En Europa, sin embargo, la gente prefiere ir arreglada.

© Shutterstock

La cantidad de días de vacaciones -

El número de vacaciones en Europa siempre es motivo de envidia para los estadounidenses. Además, muchos de ellos a veces se llevan una sorpresa de lo más desagradable cuando viajan a ciertos países europeos en agosto y se encuentran con que la mitad de los establecimientos están cerrados por vacaciones.

Fuentes: (Reddit) (Ranker) (Insider) (deMilked) (Bored Panda)

Ver también: Costumbres que no sabías que eran ofensivas en otros países

© Shutterstock