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Mejor calidad del sueño -

Una de las razones más importantes por las que una pareja puede decidir dormir en camas separadas es porque así desaparecen las molestias como los ronquidos, la tos y la incomodidad. Si duermes solo, es probable que descanses más y mejor.

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Menor privación del sueño -

La falta crónica de sueño puede generar irritabilidad y fricción en la pareja. Dormir separados puede contrarrestar este problema y garantizar que ambos descanséis como es debido para así ser menos propensos a las discusiones.

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Mejor rendimiento durante el día -

Si has descansado bien por la noche, durante el día te sentirás más productivo y concentrado. Por lo tanto, al dormir separados, ambos podéis beneficiaros de un buen descanso nocturno y un mayor rendimiento el resto del tiempo.

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Menor estrés -

Dormir separados también puede reducir el estrés y mejorar el estado de ánimo, ya que ambos podéis ajustar el entorno a vuestras necesidades. Un menor estrés, claro está, también contribuye a una relación más armoniosa.

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Mejor salud física -

La salud física es otro aspecto importante que se debe tener en cuenta. La falta de sueño puede influir negativamente en las defensas y la salud cardiovascular. Al dormir separados, ambos podéis disfrutar de una mejor forma física.

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Mejor salud mental -

Dormir bien contribuye a la salud mental, ya que regula el estado de ánimo, reduce la ansiedad y mejora la función cognitiva. Por lo tanto, dormir en camas separadas puede garantizar que ambos disfrutéis de los importantes beneficios del descanso ininterrumpido.

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Menos resentimiento -

Dormir separados puede evitar que os guardéis rencor por no dejaros dormir el uno al otro.

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Tiempo para uno mismo -

Dormir separados también os ofrece la posibilidad de pasar algo de tiempo a solas para desconectar y procesar lo vivido durante el día.

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Mejor higiene del sueño -

Dormir separados fomenta el desarrollo de una rutina de descanso individual con un horario específico y técnicas de relajación que mejoren la higiene del sueño de cada uno.

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Libertad de movimiento -

Dormir en camas separadas también os permite moveros y estiraros como os plazca sin molestar al otro.

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Mayor intimidad sexual -

Al dormir separados, los momentos íntimos pueden volverse más intencionales y frecuentes y, por lo tanto, las relaciones sexuales pueden mejorar.

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Trastornos del sueño -

Los trastornos como el insomnio, la apnea del sueño o el síndrome de las piernas inquietas pueden ser la causa subyacente de los problemas que experimentáis por las noches. Dormir separados puede ayudaros a gestionar estos trastornos y dejar que cada uno busque tratamientos individuales sin afectar al otro.

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Prevención de problemas relacionados con el sueño -

Si decidís dormir separados porque consideráis que será bueno para la relación, atrás quedarán las noches en las que discutíais por robaros la manta y otras cosas por el estilo.

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Independencia -

Dormir separados podría ofreceros a ambos la oportunidad de cultivar vuestro propio sentido de la independencia dentro de la relación. Podéis mantener vuestro espacio personal y vuestra autonomía sin perder la conexión emocional.

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Malas noches -

Si uno pasa mala noche por estrés o enfermedad, el otro suele dormir mal también. Dormir separados sin duda minimiza este riesgo.

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Mayor satisfacción -

Las interrupciones del sueño nocturno, sobre todo si las provoca tu pareja, pueden hacer que te sientas muy insatisfecho con la relación. Dormir separados ayuda a que durmáis y os llevéis mejor.

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Mejores hábitos -

Dormir separados también os anima a desarrollar hábitos positivos, como ir a la cama todos los días a la misma hora, lo que puede influir positivamente tanto en vuestra salud como en la de la relación. Pero a pesar de los muchos pros que tiene esta especie de divorcio del sueño, también tiene algunos contras.

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Menor intimidad -

Aunque dormir separados puede mejorar la intimidad sexual entre ambos, también puede hacer que perdáis la posibilidad de ofreceros muestras de afecto físico espontáneas, como abrazaros o daros la mano, algo importante para estrechar lazos a nivel emocional.

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Más gastos -

El contra más obvio de dormir separados es que requiere más dinero, ya que necesitaréis invertir en dos camas o incluso en otra casa en la que dispongáis de dos cuartos.

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Peor calidad del sueño - Curiosamente, dormir separados no mejora la calidad del sueño de todo el mundo. De hecho, los estudios demuestran que algunas personas descansan más tras volver a dormir con su pareja.

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Seguridad - Algunas personas pueden sentir que su sensación de seguridad se tambalea al dormir separadas de sus parejas. Al fin y al cabo, la presencia del otro puede hacer que nos sintamos más protegidos.

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Espacio personal -

A pesar de los contras, tener tu propio espacio para dormir puede ayudaros a ambos a recargar pilas. Incluso podríais descubrir que la relación se reequilibra como resultado.

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Problemas de salud a largo plazo - Como decíamos al principio, la falta crónica de sueño está vinculada a varios problemas de salud como la diabetes y la hipertensión. Dormir separados puede ayudaros a reducir estos riesgos, sobre todo si sois la razón de que el otro no descanse como es debido.

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Mejor regulación de las emociones -

Dormir bien nos ayuda a regular nuestras emociones, lo que significa que podemos gestionar el estrés y las respuestas emocionales de forma más eficaz. Esto, a su vez, puede hacer que la relación sea más fuerte y estable.

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Pruebas médicas -

Si no estáis seguros de si deberíais dormir o no separados, no os preocupéis: existen muchas otras alternativas que podéis probar. Para empezar, si los ronquidos son un problema, convendría saber si se trata de una condición médica o no.

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Otras herramientas -

Si la idea de dormir en cuartos distintos no os llama mucho la atención, siempre podéis recurrir a otras herramientas como los antifaces, los tapones para los oídos, etc.

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Cambiad vuestro horario de sueño -

Otra opción es que os vayáis a dormir a horas diferentes para evitar molestaros el uno al otro.

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Dormid al estilo escandinavo -

Por último, siempre podéis dormir al estilo escandinavo, es decir, compartiendo cama pero usando sábanas diferentes para evitar molestaros el uno al otro con el calor, por ejemplo.

Fuentes: (National Geographic) (Sleep Foundation) (Hackensack Meridian Health) (CNET) (Cleveland Clinic Health Essentials)

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