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Arrogancia - Las personas arrogantes siempre se consideran más importantes e inteligentes. Por lo tanto, tienden a hacer oídos sordos a las ideas de los demás.

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Deshonestidad -

Las personas deshonestas tienden a no decir la verdad. Mienten y, en última instancia, engañan a los demás.

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Manipulación - Las personas manipuladoras intentan controlar o influir negativamente en los demás para salirse con la suya.

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Falta de empatía - A este tipo de personas les cuesta entender el significado o la profundidad de los sentimientos y pensamientos ajenos.

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Negatividad - Las personas negativas tienden a quejarse y a arruinar el estado de ánimo de los demás. Suelen ver el mundo como un lugar frío y cruel.

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Temeridad - Las personas temerarias no piensan en el peligro o la repercusión que sus acciones podrían tener en la vida de los demás (o en la suya).

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Mecha corta - Las personas con la mecha corta se enfadan con rapidez y por cualquier cosa, mientras que los demás podrían no sentirse tan siquiera ofendidos.

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Avaricia -

Las personas avariciosas no piensan en las necesidades de los demás y sus deseos siempre van primero.

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Pereza -

Las personas perezosas no suelen tener afán o motivación a la hora de lidiar con sus obligaciones. En el trabajo suelen dejar las tareas a medias por el simple hecho de que no quieren hacerlas.

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Evitación de conflictos -

Las personas que evitan el conflicto suelen pasarlo mal, ya que viven con miedo a ofender a alguien.

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Hostilidad -

A las personas hostiles les cuesta regular sus emociones y, por lo tanto, pierden los papeles e insultan con facilidad. Su enfado es constante y agresivo.

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Tacañería -

Negarse a compartir posesiones, tiempo, dinero, etc. es un rasgo muy característico de las personas tacañas.

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Egoísmo - Las personas egoístas tienen una visión muy limitada del mundo y suelen ignorar las necesidades de los demás.

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Impulsividad -

Tomar decisiones con rapidez y sin meditarlas es una clara señal de impulsividad. Quienes se comportan así actúan sin pensar.

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Retorcimiento -

Las personas retorcidas ocultan sus acciones, palabras e intenciones para sacar provecho de ello.

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Desconsideración - Estas personas no tienen consideración por los demás. Un ejemplo de ello sería airear un secreto que alguien les ha confiado.

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Cinismo - Los cínicos creen que los intereses y objetivos de una persona van en detrimento de los de otra. Un ejemplo de ello sería pensar que un camarero solo es agradable porque quiere que le de propina.

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Autoritarismo -

Las personas autoritarias se hacen cargo de una situación (o exigen que así sea) aunque no tengan ni la autoridad ni la experiencia necesarias para ello.

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Quisquillosidad -

Las personas quisquillosas no saben desenvolverse en situaciones desconocidas. Un ejemplo de ello sería negarse a comer un plato nuevo solo porque no han probado nunca uno de los ingredientes.

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Apatía - A las personas apáticas a menudo les cuesta interesarse por muchas cosas, relaciones incluidas. Por ende, no luchan por ellas porque pasan del tema.

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Juicio - Estas personas prejuzgan a los demás sin antes darles el beneficio de la duda que ellas sí esperan recibir.

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Falta de educación -

Las personas maleducadas hablan y actúan sin ningún tipo de modales.

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Perfeccionismo - El perfeccionismo es una obsesión que lleva a las personas a ser intransigentes con los errores y a tener expectativas irreales, por lo que nunca están satisfechas.

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Absolutismo -

Con estas personas, todo es blanco o negro. Por lo tanto, a sus ojos, las cosas solo pueden ser buenas o malas.

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Disrupción - La disrupción hace referencia a las personas que solo se interesan por sí mismas. Suelen interrumpir o hablar por encima de los demás o ignorarlos por completo.

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Narcisismo - Una persona narcisista antepone sus deseos a las necesidades de los demás.

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Agresión - Las personas agresivas tienden a usar la fuerza, la intimidación y la hostilidad para controlar a los demás. Las agresiones pueden ser físicas, verbales o incluso emocionales.

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Provocación -

Hay personas que disfrutan provocando a los demás para generar mal rollo y discusiones.

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Falta de flexibilidad -

Las personas rígidas se niegan a adaptarse y suelen ser testarudas e inflexibles.

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Inconsciencia -

Las personas inconscientes no suelen entender por qué sus acciones o palabras pueden afectar negativamente a los demás.

Fuentes: (BetterUp)

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