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No afilar los cuchillos -

Si cocinas a menudo, lo ideal es que afiles los cuchillos entre dos y cuatro veces al año.

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No cubrir los cuchillos -

Los cuchillos al descubierto no solo son peligrosos, sino que pueden dañarse con mayor facilidad.

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No aprovechar los restos de café -

El café sirve para muchas cosas, como eliminar los malos olores de la cocina.

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Guardar la carne en la parte superior del frigorífico -

Lo mejor es almacenarla en la parte inferior para evitar que los líquidos puedan derramarse sobre el resto de alimentos.

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No cambiar el estropajo -

Los estropajos son el caldo de cultivo perfecto para las bacterias. Puede que sean el objeto más sucio de toda la cocina, por lo que es importante cambiarlos con regularidad.

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Alternativa -

Si no quieres cambiar constantemente de estropajo, prueba a desinfectarlo. Limpiarlo durante dos minutos con desinfectante suele ser suficiente para acabar con las bacterias y los gérmenes. Aun así, si te quedas más tranquilo, puedes hacerlo dos veces.

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No guardar la fruta y las verduras correctamente -

Si tu intención es comerte las frutas y verduras al poco de comprarlas, entonces déjalas a temperatura ambiente. Sin embargo, si no sabes cuándo las vas a consumir, lo mejor es que las guardes en el frigorífico.

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Descongelar la carne en la encimera -

La carne puede alcanzar muy fácilmente una temperatura en la que proliferen las bacterias. Si quieres descongelarla, colócala en el microondas, en el frigorífico o en agua fría.

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No limpiar la campana extractora (de forma sencilla) -

Existen muchos productos para eliminar la grasa del filtro de la campana extractora, pero todo lo que necesitas para limpiarlo es un desengrasante a base de agua. Puedes hacerte con uno en las tiendas de productos para automóviles. ¡Sumérgelo y saldrá como nuevo!

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Comprar artilugios de cocina inútiles -

¿Cada cuánto usas ese utensilio tan chic que compraste? Está claro que algunos son esenciales, pero otros no tanto.

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No usar paños de tela -

¡Son mucho más ecológicos que los de papel!

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No limpiar el fregadero -

¿Cuándo fue la última vez que le diste un buen repaso al fregadero? El agua y el jabón son muy útiles, pero usar un desinfectante de vez en cuando viene muy bien.

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No limpiar la grasa de manera efectiva -

Prueba a humedecer un paño o una esponja y a colocarlos en el microondas sin retirarles el exceso de agua durante 20 o 30 segundos antes de ponerte manos a la obra. Estarán calientes, ¡así que no te olvides de usar guantes! Asegúrate también de que ni el paño ni la esponja contengan metal o materiales sintéticos que puedan provocar un incendio al contacto con el microondas.

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Comprar un juego de cuchillos -

¿Cuántos cuchillos usas al cocinar? Es mucho mejor que te hagas con unos pocos que de verdad utilices a comprar todo un juego que solo sirva de adorno.

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No limpiar el frigorífico -

Esto es algo que todo el mundo debería hacer al menos una vez al mes. De esta forma se evita la propagación de bacterias y, por lo tanto, la contaminación de los alimentos.

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No limpiar el microondas -

Coloca medio limón en un bol con agua. Hiérvelo durante un minuto y deja la puerta del microondas cerrada. ¡El vapor hará su magia! Todo lo que tienes que hacer después es pasarle un trapo para secarlo.

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No guardar la compra -

¡Los productos frescos y congelados tienen que guardarse nada más llegar a casa!

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Colocar el frigorífico en el lugar equivocado -

Colocar el frigorífico contra una pared puede ser una decisión muy problemática, sobre todo si no consigues abrir del todo la puerta y sacar las repisas.

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No usar una bandeja para los condimentos -

Coloca la sal, la pimienta y los otros condimentos en un mismo sitio. Ahorrarás espacio y te será más fácil encontrarlos después.

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Tener el microondas en la encimera -

El microondas puede robar mucho espacio si lo colocas en la encimera. Lo mejor es ponerlo en una estantería o colgarlo en la pared.

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No usar un carrito -

Un carrito de cocina no ocupa demasiado y es una forma muy sencilla de ganar espacio de almacenamiento.

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No tener un dispensador de bolsas de plástico -

Hazte con una botella grande de plástico, córtale ambos extremos y llénala de bolsas de basura. Fíjala bocabajo dentro de uno de los armarios ¡y voilà! Ya tienes un dispensador.

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No limpiar el lavavajillas -

Si crees que los lavavajillas se limpian solos, tenemos malas noticias para ti. En algunas zonas del electrodoméstico se pueden acumular restos de comida capaces de afectar a su funcionamiento.

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No cubrir los huecos de la encimera -

Si tienes huecos sin tapar por la cocina, es cuestión de tiempo que acaben llenos de polvo y suciedad. Hazte con un tubo de plástico transparente en la ferretería y tápalos todos.

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No colgar los utensilios de cocina -

Colgar los utensilios de cocina es una forma estupenda de ahorrar espacio y tener todo a la vista.

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No limpiar el desagüe del fregadero -

Limpiar el fregadero también implica limpiar el desagüe para evitar malos olores.

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No colgar las tazas -

Colgar las tazas en lugar de guardarlas en un armario también es una forma estupenda de ahorrar espacio. ¡Y queda bien lindo!

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Fregar con un cubo -

A veces, un espray y una mopa cumplen el mismo propósito que una fregona sin necesidad de gastar tanta agua.

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No limpiar los restos de cal de los grifos -

Corta un limón por la mitad, ponlo en el grifo dentro de una bolsa de plástico y asegúrala con una goma. ¡Espera unas horas y listo!

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