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No mirar el pronóstico -

Consulta un pronóstico detallado de la ruta que vas a hacer. Recuerda que la predicción de los lugares con acceso cercano a las carreteras no suele ser la misma de las zonas alejadas o de gran altitud.

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No mirar por dónde pisas -

¡Mira por dónde vas! Casi todas las lesiones que se producen haciendo senderismo son esguinces, cortes, golpes y quemaduras. Para evitar riesgos innecesarios, lleva botas altas y usa varas.

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No comprar un saco de dormir que abrigue lo suficiente -

Si no quieres congelarte por la noche, hazte con un saco de dormir que te abrigue lo suficiente. También harías bien en llevar una esterilla aislante para poner debajo.

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Fiarte demasiado -

El cansancio, la oscuridad y la falta de equipo son errores que dan pie a muchas llamadas de emergencia. Establece objetivos sensatos y sé realista con la velocidad a la que puedes caminar.

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No establecer una hora para regresar -

No quieres estar en campo abierto de noche y cansado. Aunque no llegues a tu destino, es mejor dar la vuelta cuando todavía hay luz.

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No llevar los accesorios necesarios -

Da igual si haces senderismo en la nieve, en el desierto o en un pantano: asegúrate de redactar una lista con todo lo necesario para no olvidarte de nada. Ah, ¡y ten siempre los accesorios más importantes a mano!

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Comprar botas demasiado pequeñas -

La comodidad lo es todo, así que no cometas el error de comprar un calzado demasiado pequeño para tu talla. Ten en cuenta que los pies se hinchan por la tarde, por lo que es necesario que escojas bien las botas que piensas llevar.

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No llevar suficiente agua -

El agua es crucial, así que asegúrate de llevar por lo menos tres litros si vas a hacer una ruta de más de ocho kilómetros. Tampoco asumas que vas a encontrar agua por el camino.

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No ponerte protección solar -

Sobra decir que ponerse protección solar siempre es importante. Da igual si hace sol o está nublado: los rayos traspasan las nubes, así que ponte crema cada dos horas.

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Que se te haga de noche -

Si se te hace de noche, pasarás frío y te costará orientarte. Asegúrate de tener una linterna a mano.

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No guardar la comida como es debido -

No guardes la comida de cualquier manera, ya que los animales se sienten atraídos por el olor. El sentido del olfato de un oso es siete veces superior al de un sabueso. Asegúrate de colgar tu comida de un árbol a una distancia considerable de la tienda de campaña.

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Escalar sin estar lo suficientemente preparado -

Si la ruta tiene muchas cuestas, lo que sube no siempre baja. Asegúrate de reconocer bien el terreno para poder regresar por el mismo camino. ¡Nunca tomes un atajo que no conoces sin saber cómo de largo es!

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Caminar con los calcetines húmedos -

Aunque solo hagas senderismo un día, lleva siempre otro par de calcetines. La piel húmeda desarrolla ampollas más rápido, así que mantén los pies lo más secos posible.

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Guardar la bolsa de agua al fondo de la mochila -

No hay nada peor que que toda la mochila se te empape de agua. Para evitar que esto ocurra, pon la bolsa encima de todo lo demás para que no se aplaste.

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Llevar solo un mechero -

El fuego es importante para cocinar y abrigarse, así que no lleves solo un mechero. ¡Nunca sabes cuándo puede fallar!

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Ignorar las ampollas -

Si te empiezan a salir ampollas, no sigas adelante como si nada. Cuanto antes las trates, menos incómodo será el recorrido y más lejos llegarás.

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Ignorar las señales de tormenta -

Presta atención a los indicios de tormenta, como el viento del sur y las capas de nubes. Si el tiempo empeora, baja y busca una zona segura y resguardada.

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Llevar comida insulsa -

Los fideos instantáneos no son una cena en condiciones. Asegúrate de llevar cosas sabrosas como verduras, frutos secos, queso curado, tubos de pasta de tomate, especias y paquetes de pollo o pescado precocinado. Recuerda que hacer senderismo requiere mucha energía, así que lo ideal es que cada persona alcance las 4000 calorías.

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No llevar la ropa adecuada -

Asegúrate de llevar ropa adecuada. Aunque parezca mentira, el 10% de los rescates que tienen lugar en los parques nacionales de EE. UU. se deben a que los senderistas no se ponen la ropa adecuada.

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No llevar un repelente a base de DEET -

Si no quieres acabar la ruta lleno de picaduras, lleva un repelente encima. Asimismo, no te olvides de que el DEET derrite el nailon y el poliéster, lo que significa que puede dañar los plásticos duros como las bolsas de agua. Guárdalo siempre en una bolsa con cremallera.

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Montar la tienda en un charco -

Nadie quiere despertarse en un saco de dormir mojado. Recuerda que la parte más permeable de una tienda no es el techo o las paredes, sino el suelo. Por lo tanto, móntala en una superficie seca y plana.

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No usar un mapa en un terreno conocido -

Aunque creas que conoces el terreno como la palma de tu mano, siempre puedes equivocarte. ¡Lleva un mapa encima y no te confíes!

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Mala cobertura -

No te des por vencido si tienes mala cobertura. La lluvia y las nubes no bloquean la señal de GPS, pero las paredes de los cañones y el agua en la antena sí. Encuentra un camino despejado o un punto elevado y prueba de nuevo.

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Usar el celular para todo -

Aunque los celulares pueden ser muy útiles, también pueden resultar contraproducentes. Guarda el tuyo en un lugar seguro de la mochila y no tires de él a no ser que tengas una emergencia.

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Seguir caminando si estás perdido -

Algunos senderistas perdidos siguen caminando creyendo que encontrarán ayuda a la vuelta de la esquina. Lo mejor, sin embargo, es dar la vuelta hasta el último punto de referencia que recuerdes.

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Separarse -

Dejar atrás a los senderistas rezagados es tentar a la suerte, sobre todo si os sorprende una tormenta, os equivocáis de dirección o alguien se hace daño. Si vas en grupo, asegúrate de que nadie se separe.

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No encontrar la senda -

Hay quienes deciden alejarse de la ruta principal para evitar cruzarse con demasiada gente. Si optas por hacer esto, asegúrate de saber dónde están las otras sendas, las carreteras deterioradas y los lugares conflictivos (p. ej. los puntos donde suele haber robos).

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Llevar un kit de primeros auxilios demasiado grande -

Si vas a hacer una ruta corta, basta con que lleves un kit pequeño. No obstante, si el recorrido es largo o vas con un grupo grande de gente, opta por uno mayor. Eso sí, tampoco quieres ir muy cargado, así que minimiza y sustituye aquellas cosas con las que puedas improvisar, como los vendajes triangulares.

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No amarrar la tienda -

Si no quieres que tu tienda salga volando por una corriente de aire inesperada, asegúrate de amarrarla bien al suelo cuando la montes.

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Quemar garrapatas -

Si te pica una garrapata, no cometas el error de intentar quemarla. Aunque lo hicieses, la cabeza seguiría enganchada a ti y encima correrías el riesgo de quemarte. En vez de eso, usa unas pinzas y agárrala perpendicularmente al eje longitudinal de su cuerpo y tira recto de ella.

Fuentes: (Backpacker) (American Hiking Society) 

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